La Terapia Floral trabaja en las emociones que son «la causa» de cualquier dificultad ya sea física, mental o del comportamiento.
Esto es importante porque cada persona es un mundo y aunque cinco personas tengan el mismo problema, los cinco van a necesitar flores distintas porque la causa es distinta.
Por ejemplo, podemos tener cinco niños diagnosticados con déficit atencional o con problemas de impulsividad, niños volados, extremadamente sensibles a los estímulos del entorno, desconcentrados, tímidos, que les cuesta socializar, con baja tolerancia a las frustraciones, dificultad para seguir instrucciones, descontrolados, etc.
Estos 6 niños pueden tener los mismos problemas (síntomas) pero las causas que generan las dificultades, son
totalmente distintas (inmadurez, egocentrismo, traumas asociados al embarazo, parto y/o primeros años de vida, sentirse no querido o contenido, nacimiento de un hermano, separación de los padres, etc…).
Los remedios alopáticos (que a veces son necesarios) trabajan el síntoma, con las flores buscamos trabajar esa emoción particular que está causando la dificultad de “ese niño” en particular, por eso la Terapia Floral no es algo tan sencillo porque si no logramos identificar “la” o “las” emociones causantes del problema, las flores no tienen los resultados adecuados.
Hay distintos sistemas florales que ayudan a “afinar la puntería”: Bach, Bush, California, Del Mediterráneo, Machu Picchu, entre otros. De estos sistemas hay mejores para ciertos temas y otros sistemas florales para otros.
Cuando encontramos la causa de los problemas que tiene el niño, las flores son rápidas y efectivas siempre que los padres sean constantes en darle las gotitas a sus hijos, de lo contrario no hay mejoría alguna.
Las flores se pueden administrar paralelamente a otros remedios que esté tomando la persona. Sólo puede quitar un medicamento el médico que lo recetó (nunca el terapeuta)
Lo que normalmente pasa es que los niños empiezan a tener cambios positivos y el médico va bajando la dosis hasta que termina por quitar definitivamente el remedio.
Ante la presión de los colegios, nosotros los padres tenemos que tener clarísimo que cualquier colegio va a valorar SIEMPRE nuestra buena disposición para ayudar a nuestros hijos, porque ellos también están trabajando con la MEJOR intención, para poder enseñarles de la mejor manera, pero nosotros, los padres, somos los responsables de buscar las mejores alternativas para ayudarlos y hacer caso a esas intuiciones (de las mamás especialmente) que nos muestran que hay cosas que pueden eventualmente perjudicarles.
Siempre recuerdo a un niño que se portaba mal en el colegio, pegaba a sus compañeros, era desconcentrado, se le quedaba todo, no se hacía cargo de sus cosas, etc. La mamá pidió tiempo al colegio para probar alternativas de tratamiento antes de llevarlo al neurólogo. Ella perseveró con la Terapia Floral y su hijo empezó a estar cada vez mejor, las profesoras estaban extrañadas, recibía felicitaciones, lo que a él lo tenía especialmente motivado, estaba madurando. A fin de año la mamá me escribe un mensaje que decía: Coty, ¿no será mucha mi felicidad? El Benja acaba de recibir el premio más importante del colegio “El Espíritu San José”.
Yo felicito a esa mamá determinada, persistente, con fuerza y amor a su hijo, que hizo caso a su intuición de mamá y se la jugó por lo que ella sentía que era lo mejor para él.
Las flores no cambian a las personas porque no son químicos. Lo que hacen es armonizar y equilibrar sus emociones para que el niño o adulto pueda sacar lo mejor de él.
Un niño que es inquieto, impulsivo y que molesta en clases, con las flores va a seguir siendo inquieto (con todo lo POSITIVO asociado, que nadie nunca nos dice ni nos tomamos el tiempo para pensar; inteligente, con gran capacidad de liderazgo, agudo en sus comentarios, eficiente, rápido, observador, etc) pero va a empezar a ser un niño más reflexivo, que mide las consecuencias de lo que hace, que va aprendiendo a controlar su impulsividad, más tolerante, medido, más empático con las personas, etc.
Las flores no tienen efectos colaterales ni hacen daño porque son naturales.
Escrito por: Coty Meza Terapias